Cuando la suerte solo te muestre su cara altiva, y el camino que has elegido te venga cuesta arriba.
Cuando el dinero sea poco y las deudas muchas, cuando parezca difícil continuar la lucha del día a día, y te agobie el temor y las dudas, cuando estés agobiado y no sepas por donde salir… Descansa si es preciso, pero no te rindas.
Recuerda que en la vida siempre hay altos y bajos, y solo se asciende y se mejora cuando estás abajo.
Todos aquellos que alguna vez se declararon vencidos, podrían haber ganado de haberse mantenido lo suficiente.
No te rindas. Aunque la victoria parezca lejana, o incluso cuando realmente lo esté, quizá otro esfuerzo puede hacerla realidad mañana.
El final está más cerca de lo que parece. Nunca es más negra la noche que cuando amanece.
Generalmente, el luchador que se ha retirado, lamenta aquel triunfo que pudo haber alcanzado de haber seguido adelante.
El éxito no es más que el revés del fracaso, y del fracaso al triunfo suele haber un paso.
Por ello cuando más adversa sea tu suerte, cuando todo te parezca imposible, continua infatigable tu trabajo, impasible, sin vacilar un momento, sin dudarlo ni una sola vez, tú “palante”. Entonces es cuando menos te debes rendir.
Te sugiero que estés seguro que lo que haces es lo correcto,
entonces aguanta hasta el final, no te rindas.
Y te garantizo que recibirás la recompensa que mereces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario