martes, 6 de septiembre de 2011

REFLEXIONES PERSONALES - II



Las cosas no desaparecen porque no las quieras ver. Por mucho que nos estiren la piel, eso no nos librará de la vejez.

Da una enorme paz interior no sufrir la ansiedad de depender de cómo nos ven los demás y gastar nuestra energía en cuestiones verdaderamente importantes.

Hemos de ser conscientes de lo que sentimos. Si no nos damos cuenta de nuestros sentimientos y de nuestro estado de ánimo, no sabremos de verdad lo que transmitimos.

Conscientemente o no, comunicamos lo que sentimos, y lo que sentimos no lo podemos esconder.

Todas las guerras y episodios violentos crea una situación de desequilibrio total y se crea una energía negativa que nos daña a todos, física y espiritualmente.

El cambio no llegará con leyes y tecnología, es preciso que en nuestras conciencias y en nuestros corazones aflore una nueva forma de entendernos entre nosotros y de entender la vida.

El optimismo no es solo una forma de pensar, es además una actitud y otra forma de ver la vida, que nos procura más satisfacciones y una mejor salud.
Los optimistas pensamos que la adversidad se puede manejar exitosamente, y eso hace que nos enfrentemos a los retos con más confianza y perseverancia.
Los pesimistas esperan lo peor, esto les genera dudas y evitan actuar ante los mismos retos, lo que les deja en desventaja.

No se trata de tener un optimismo ciego, sino de ver las cosas con un optimismo flexible.

Nos enamoramos de en quienes vemos alguno de los atributos de nuestra pareja ideal. No importa que le falten muchas otras condiciones, éstas ya las completamos con nuestra imaginación y nuestro deseo de encontrar a quien necesitamos.

El amor se cuece a fuego lento, cuando empezamos a conocer de verdad a la otra persona. No es que ya no tenga los atributos que le vimos, es que ahora vemos que había mucho más. Es como un iceberg, ha bajado el nivel del agua de nuestro apasionamiento y ahora vemos las 7/8 partes que estaban abajo.

Todos los amores empiezan por el enamoramiento, pero no todos los enamoramientos acaban en amor.

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