Doy gracias a Dios
y a la vida, porque
Tengo SERENIDAD
para aceptar las cosas
que no puedo cambiar.
Tengo VALOR
para cambiar
aquellas que sí puedo.
Tengo la suficiente SABIDURÍA
para poder
distinguir la diferencia.
Y tengo la necesaria HUMILDAD como para no olvidarme
nunca de esto.
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