Tras el terremoto y el posterior desastre de Fukushima, los japoneses, cuya cultura apenas conocemos, actuaron de una manera que aquí, en casa, no podríamos ni imaginar, pero sobre la que estaría bien reflexionar, porque si ellos pueden ser así, nosotros, si quisiéramos de verdad, también deberíamos poder hacerlo.
1.- ¡LA CALMA!
Ni una sola imagen de llanto exagerado o lamentos. El propio dolor ha sido elevado a un nivel superior, privado. Nadie va diciéndole a los demás lo “jodido” que está.
2.- ¡LA DIGNIDAD!
Búsqueda disciplinada de agua y comida. Ni una sola mala palabra o gestos rudos. Todos asumen que hay que tener paciencia. Nadie se cree con más derecho que los demás.
3.- ¡LA HABILIDAD!
Increíbles arquitectos. Muchos edificios se afectaron pero no cayó ninguno. Tuvo algo más de intensidad que el terremoto de Haití, y muchísima más que en Lorca, y ello agravado por el tsunami que vino después.
4.- ¡LA GRACIA!
La gente compró solo lo que necesitaba, así todos podían conseguir algo. Nadie almacenó cosas para asegurarse suministros para más tiempo, porqué pensaban en los demás.
5.- ¡EL ORDEN!
Ningún saqueo. No se oyeron bocinazos ni disputas en los atascos de calles y carreteras. Sólo entendimiento. La gente era comprensiva con la situación.
6.- ¡EL SACRIFICIO!
Cincuenta trabajadores se quedaron para echar agua de mar sobre los reactores nucleares ¿Como podrían algún día pagarles o compensarles, si es que sobreviven?
7.- ¡LA TERNURA!
Los restaurantes redujeron los precios. Nadie se aprovechó de la necesidad de los consumidores. Los fuertes cuidan a los débiles.
8.- ¡EL ENTRENAMIENTO!
Todos, mayores y niños, sabían exactamente qué hacer. Y simplemente ¡lo hicieron! Y además con calma.
9.- ¡LA PRENSA!
Mostraron una magnifica moderación en los reportajes. Ningún medio se dedicó a ganar audiencia sacando lo más tenebroso de la situación y de la desgracia de la gente.
10.- ¡LA HONRADEZ!
Cuando la luz se cortó en las tiendas, y no funcionaron los cajeros, la gente devolvía las cosas a sus estantes y se marchaba tranquilamente
¿Podíamos nombrar otro lugar del mundo donde las cosas habrían sido así? ¿No nos gustaría que todos fuéramos algo parecido a esto? ¿Os imagináis una sociedad con este nivel de responsabilidad y respeto? ¿No nos iría mejor a todos? Pues, ¿porqué no empezamos ahora mismo a ver las cosas de otra manera?
Normalmente, solo vemos los defectos en los demás, y los criticamos, a veces hay que parar también a mirar las virtudes de los otros y, cuando sean reales, como en este caso, alabarles y tratar de imitarlas. Es lo mejor que podemos hacer.
Que seas feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario