Hola, amigos. Con la entrada de blog de hoy querría intentar animaros a todos a parar un momento en nuestras ajetreadas vidas, esa que vivimos casi siempre con el piloto automático, dejándonos arrastrar por el día a día, y nos paráramos a pensar un poquito, que nos planteásemos firmemente que debemos ser los protagonistas de nuestro presente continuo, que tenemos que asumir que somos, casi en todo, los únicos responsables de lo que nos pasa y por tanto los únicos que podemos elegir como queremos que sea el resto de nuestra vida.
Y para eso, te he preparado las siguientes reflexiones.
Un triunfador se implica en la solución.
Un perdedor es parte del problema.
Un triunfador dice que debe haber una forma mejor de hacer las cosas.
Un perdedor dice que ésta es la forma en que siempre lo hemos hecho.
Cuando un triunfador comete un error, dice: “me equivoqué” y aprende la lección.
Cuando un perdedor comete un error, dice: "no fue culpa mía" y responsabiliza a otros.
Un triunfador sabe que la adversidad es el mejor de los maestros.
Un perdedor se lamenta, se siente víctima durante las adversidades.
Un triunfador sabe que el resultado de las cosas depende de sí mismo.
Un perdedor cree que existe la mala suerte y que siempre le toca a él.
Un triunfador enfrenta los desafíos, uno a uno.
Un perdedor rodea los desafíos, no los resuelve y los acumula.
Un triunfador se compromete, da su palabra y la cumple.
Un perdedor hace promesas, no se pone realmente manos a la obra, y cuando falla sólo se sabe justificar y encontrar mil excusas.
Un triunfador dice: "soy bueno, pero puedo mejorar".
Un perdedor dice: “no soy tan malo como otros".
Un triunfador sabe escuchar, comprende y responde.
Un perdedor interrumpe y no espera que llegue su momento de hablar.
Un triunfador respeta a aquellos que saben más y se preocupa en aprender algo de ellos.
Un perdedor se resiste a todos los que saben más y sólo se fija en sus defectos.
Un triunfador se siente responsable por algo más que por su propio trabajo.
Un perdedor no se compromete, y siempre dice: hago mi trabajo, ya es bastante.
Y tú, ¿qué has elegido ser hasta ahora?, y ¿qué eliges ser de ahora en adelante? Pues a por ello. Vale la pena poner todo el empeño.
No importa lo fuertes que sean tus creencias.
Si no usas tu sabiduría para crear cambios positivos, no conseguirás lo que deseas.
Pasamos mucho tiempo pensando en lo que nos pasa, solo un poquito para pensar en las posibles soluciones y casi nunca pasamos a la acción.
Los mejores pensamientos, los mejores propósitos no sirven de nada si no los convertimos en acciones.
Éste es un buen lema: PENSAR, DECIDIR y ACTUAR.
En ese orden y haciendo todo el proceso completo.
Un abrazo.
Sé feliz.
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