Cada dificultad encierra una oportunidad.
Cada problema tiene una solución.
Cada queja o critica es un regalo.
El problema no es el problema, lo es nuestra actitud ante él.
Reflexiones previas
Nuestra vida se puede comparar a una carrera de obstáculos, cada uno de ellos es una oportunidad para desplegar nuestros recursos y avanzar en nuestra evolución personal.
Las dificultades no son más que retos para superar y no el fin del contrato con la vida.
Hemos de mirar la vida con perspectiva, ver lo mucho que aún nos queda por vivir, y replantearnos el camino que aún nos queda por andar.
Solo hemos de mirar a nuestro alrededor para encontrar un buen número de personas a los que sus contratiempos las han hecho mejores, más amables, más comprensivas, más pacientes y más preparadas para afrontar constructivamente cualquier situación que sin duda les volverá a afectar.
Los obstáculos, los retos, los conflictos, activan nuestra mente y nuestros mecanismos internos. Nuestra mente los necesita para desarrollarse.
Todos contamos con las capacidades necesarias para salir airosos de cualquier situación, pero no todos tenemos las habilidades para desplegarlas.
Es necesario el esfuerzo de ponerlas en practica y así desarrollarlas con éxito.
Cuando no contamos con las habilidades para afrontar los conflictos, se asoman desafiantes la depresión, la ansiedad, las actitudes negativas, ... y estas dificultan aún más la superación del problema.
Debemos empezar por aceptar lo que está pasando fuera de nosotros, y también lo que está pasando dentro de nosotros mismos, con nuestras limitaciones y nuestros estados emocionales.
Después afrontaremos mejor el reto de resolver los conflictos que nos agobian.
Desarrollemos nuestras capacidades.
Hemos de reflexionar, tranquilamente y antes de nada, para marcarnos y conseguir un objetivo, y prepararnos para superar los obstáculos que sin duda aparecerán, como parte de la vida misma.
Después buscaremos la información necesaria para lograrlo.
Actuaremos con seguridad y confianza, y cargaremos nuestras baterías de energía positiva recordando otras metas que ya conseguimos anteriormente.
Aceptaremos nuestras limitaciones con humildad, así disminuiremos la ansiedad y también el miedo y la culpabilidad ante el posible fracaso.
Habremos de tolerar lo que no podamos solucionar.
Sentirnos frustrados ante una situación que no es agradable es natural, pero dejarse abatir por ella no nos va ayudar en nada. Así que ten valor.
Es mucho más provechoso asumir que las cosas no son siempre como deseamos, y concentrarnos en cambiarlas cuando ello sea posible.
Aplicaremos todo nuestro sentido del humor, además lo buscaremos y potenciaremos fuera. Nos reiremos de todo.
Nuestra filosofía personal nos ha de permitir interpretar lo que ocurre del modo más positivo, para favorecer respuestas y actitudes más constructivas.
Los cambios que hayamos de hacer, han de ser ya. Postergarlos solo agravará la situación.
El estudio de cómo nos funciona la cadena “pensamiento – palabra” nos facilitará detectar los automatismos negativos que podamos tener y nos ayudará a cambiarlos por patrones de lenguaje y pensamiento positivos que propicien el éxito.
Cuando estos los practiques mucho y los conviertas en un habito, los obstáculos los verás como más posibles de superar.
Demasiado a menudo colocamos nuestro ego en el centro de todo, y nos identificamos exageradamente con lo que hacemos y con lo que nos sucede.
Es más útil vernos como una pluralidad de nuestros propios “yo” diferentes que conforman nuestro “yo” global y nuestra compleja personalidad.
No existe aprendizaje, ni crecimiento, ni evolución, sin obstáculos que nos propongamos firmemente superar.
Acepta que los hallaremos siempre y que cuentas con las capacidades necesarias para superarlos o cuanto menos para salir adelante.
Todo te resultará más fácil si mantienes una actitud positiva y creativa, y si profundizas en el amor, hacia ti mismo y hacía los demás.
Valores que ayudan a superar los obstáculos:
AUTO INTERÉS e INTERÉS SOCIAL.
Ten interés por tu bienestar personal, por ti mismo, por encontrarte bien, para que puedas abordar constructivamente las diversas situaciones, y ten también interés para colaborar porque se encuentren bien la sociedad en la que vives y las personas que te rodean. Desde ese doble punto de vista, comprobarás que, con un cierto egoísmo sano, se pueden perfectamente compatibilizar tus intereses con los compromisos sociales, además de actuar con tu ética personal simultáneamente con la ética social.
Todo ello te guiará en la toma de tus decisiones, y estas serán más justas y confortantes.
ACEPTA LA INCERTIDUMBRE.
La vida es dinámica y cambia continuamente.
No todo permanece, ni todo es predecible.
El que un suceso te parezca fabuloso o angustioso, depende en última instancia de tu interpretación personal.
Todo lo que tiene vida ha tenido que adaptarse siempre para sobrevivir, y no siempre ha sabido lo que le esperaba.
FLEXIBILIDAD.
Aunque pueda no parecértelo, tu mayor fortaleza reside en tu flexibilidad.
Ten una mente abierta al cambio, tolerante y pluralista.
Abandona las posturas y las reglas rígidas e inamovibles.
RESPONSABILIDAD.
Para superar los obstáculos has te asumir tu responsabilidad ante la vida y ante tu propia vida, ante las opciones y las elecciones que tendrás que elegir, ante tus propias emociones, sentimientos y actitudes.
Deja de culpar a los demás de lo que no te gusta de tu propia vida.
TOLERANCIA ANTE LA FUSTRACIÓN.
Debes cambiar las conductas que dependen de ti, si no te gustan y puedes hacerlo, y también debes aceptar las que no dependen de ti.
Y lo más importante, debes saber diferenciarlas.
ACEPTACIÓN.
La medida de tu valor no depende solo de lo que consigues, ni tampoco de lo que otras personas piensan de ti.
Aceptarte como eres y aceptar a los demás como son, es una gran prueba de valor y de amor.
ASUMIR RIESGOS.
Desde el mismo momento en que asumes un riesgo, voluntariamente, también has de asumir la posibilidad de equivocarte.
Pase lo que pase, aprenderás algo.
PERSPECTIVA.
Todos tenemos una profunda filosofía que nos conduce hacia la felicidad y nos aleja de todo aquello que nos puede producir dolor.
Esto nos debe llevar también a evitar pensamientos, actitudes y conductas que no sean constructivas.
Ello implica que hemos de buscar la perspectiva del mañana y no obsesionarnos con las gratificaciones y satisfacciones inmediatas.
Las buenas cosechas a largo plazo también son importantes.
ACTITUD CREATIVA.
Las practicas creativas, en lugar de la estéril monotonía, te ayudarán a encontrar caminos y estrategias nuevas y a vivir más intensamente.
RACIONALIDAD.
Básate siempre en pensamientos racionales y lógicos, y aprende a separarlos de los que no lo son.
Crea tus emociones sobre pensamientos positivos, racionales y creativos.
ACTITUD CONSTRUCTIVA.
Lo que te preocupa:
¿Tiene solución? Pues adelante, ahora mismo!!.
¿No la tiene? ¿seguro? Acepta la situación, ya!!. No sufras más.
Estudia bien antes a que grupo pertenece tu preocupación.
QUE SEAS FELIZ
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