viernes, 2 de septiembre de 2011

Sobre nuestro noveno mandamiento



En nuestro séptimo mandamiento decimos: NECESITAMOS Y APOYAMOS LA MÁXIMA PRODUCTIVIDAD:


Ayudo en lograr la mayor rentabilidad de la empresa.
 Me tomo todo lo de la empresa como si fuera mía
Me concentro realmente en el trabajo.
 Evito todas las interrupciones posibles, las que me hacen y las que hago.
No me distraen ni me implico en las conversaciones de los demás.
 Cuando necesito desconectar, lo hago sin molestar a otros compañeros.

Todos tenemos plena conciencia de que es imprescindible la máxima productividad para que la empresa funcione y sea competitiva y rentable. De no ser así, nuestra presencia corre riesgo. Nuestro tiempo tiene un coste y tenemos que darle un valor añadido.

Tenemos que actuar como en nuestra propia casa, poniendo el máximo empeño en mantener controlado nuestro entorno (en orden, en tareas y en estética). Formamos parte de una organización y vivimos la empresa como algo nuestro. Somos un equipo y debemos ayudarnos unos a otros en todo y decirnos las cosas de la forma más asertiva posible.

Nuestra implicación se nota en los pequeños detalles, como apagar las luces y aparatos (cada uno debe responsabilizarse de su entorno) y también con lo realmente importante como el máximo aprovechamiento de nuestro tiempo en la oficina, evitando distracciones y teniendo una actitud concentrada.

Evitar las interrupciones; empieza por uno mismo, al no interrumpir a los demás apenas nos surge cualquier duda. Tenemos que utilizar el “centro” al máximo para que los compañeros respondan a nuestras consultas o dudas lo más rápido posible y concentrar las interrupciones en una por la mañana y otra por la tarde.

Con la ampliación de la oficina, no estamos tan cerca y por tanto se hace más difícil que nos distraigamos en las conversaciones de los demás: con un poco de esfuerzo lo conseguiremos del todo. Al mismo tiempo debemos de ser asertivos para no interrumpir el trabajo de los demás y no dejar que interrumpan el nuestro con cuestiones que no se deban tratar en el trabajo.

Para desconectar, no tenemos que molestar a los demás, pero a veces es inevitable por el estado anímico del que haya sufrido algún problema. Sólo en estos casos debemos pedir apoyo y consejo de un compañero (a veces un buen desahogo puede ayudar mucho). Debemos evitar los grupitos que solo crean malos entendidos y problemas.

Buscar la máxima eficacia en cada tarea, dejar de hacerlas de forma rutinaria. ASÍ TRABAJAMOS EN ASESORÍA SANCHIS.

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