1.- Trata a tus compañeros con el mismo respeto que pides para ti mismo. No les pidas el respeto que tú no les hayas dado antes.
2.- Relaciónate con ellos como si fueran tus invitados. Resalta y alaba lo que hacen bien, sé comprensivo y disculpa las cosas que no te gustan.
3.- No les exijas que hagan las cosas como a ti te gustaría. Sí puedes, y debes, sugerir, pero no exigir.
4.- No intentes imponer tus puntos de vista, a toda costa o a cualquier precio. Defiéndelos, pero respetando las opiniones de los demás.
5.- Pídeles las cosas, sin quejarte. Las quejas crean mal rollo, y no promueven los cambios. Apuesta por el dialogo.
6.- Expresa abiertamente, y en el momento, como te afectan las cosas que hacen o dicen. Así los demás lo sabrán. No les pidas que adivinen como te sientes.
7.- Pon los límites que consideres a tu espacio personal. No seas estricto, pero manifiesta cortésmente cuando creas que lo rebasan.
8.- Practica la escucha activa y la empatía. Son claves para relacionarse con los demás.
9.- No presupongas nada, pregunta. Es la mejor manera de evitar y solucionar los malos entendidos.
10.- Todo que les pides a los demás, para que la relación sea satisfactoria, no dudes en empezar a dárselo ya a todos, y ten paciencia en esperar los resultados. No esperes a que empiece el otro. Tú siembra, seguro que recogerás según la calidad y las buenas intenciones de tus semillas.
Basado en el trabajo de la doctora Laura García, psicóloga y master en terapia de la conducta.
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